
¿Te ha pasado alguna vez algo mágico?
A mi sí, y me sigue ocurriendo cada vez que encuentro personas como Toñi, a quien va dedicado este artículo. Me perdonarás, querido lector (y aquí te incluyo a ti, mujer), por escribir algo que no tiene que ver con el tema principal de esta casa: el macramé, pero que sí que tiene que ver mucho con lo que pasa en nuestra pequeña tienda.
Ya advertí en algún lugar de este blog que lo que más nos gusta son las personas como tú.
Toñi apareció este verano por la tienda y, con ella, ¡llegó la magia! Desprendía amor por todos los poros de su piel, comunicaba energía, ánimo… La sonrisa le iluminaba la cara y su alma ocupaba mucho más espacio que su pequeño cuerpo. Hablaba, sonreía, gesticulaba, se emocionaba… sentía. (Oye, perdona si me he puesto pastel, pero me ha salido así).
¡Enseguida conectamos! Poco importa si compró o no. Lo verdaderamente importante es que desde aquel día Toñi no ha dejado de tener contacto con nosotros: envía correos electrónicos con recomendaciones de libros, nos enviamos watshaps, nos llamamos por teléfono.
¿Quien dijo que la tecnología aisla a las personas?
No quiero perder el hilo de la historia, pero me viene a la mente esa frase que se repite tanto y que muchos adoptan como propia: «la tecnología aisla a las personas». En este caso, el de Toñi, si no fuera por la tecnología, la magia de la que hablaba, que seguro has experimentado alguna vez, se hubiera quedado en aquel momento.
También sería hermoso, sí: la belleza de lo fugaz.
Esos pequeños momentos, que forman parte de nuestra vida, y que nos recuerdan la parte más hermosa del ser humano, que nos empujan a seguir adelante y que, esta vez, gracias a la tecnología, nos permiten mantener contacto con personas especiales, que nos han tocado el corazón.
Un contacto, que de otra manera, no hubiera sido posible mantener.
¿He dicho que poco importa si compró o no? ¡Lo he dicho y lo he escrito!
Está claro que el objetivo de este blog, de la tienda y de lo que hacemos es vender nuestros artículos de macramé, claro que sí.
El macramé es nuestro trabajo y con él pretendemos ganarnos el pan de cada día
Pero también nos gusta disfrutar de esos momentos mágicos que no se compran ni se venden. Esos momentos que nos proporcionó Toñi y que también nos puedes proporcionar tú.
Sí tú: comentando en este espacio, escribiendo un correo y, si puedes, pasando por MacrameArt, donde te recibiremos con una gran sonrisa. ¡Ese es nuestro lema!
Oye, Toñi, si me estás leyendo… ¿A que sí? Va por ti, guapa. Tú ya lo entiendes.
Totalmente de acuerdo Manuela
Está claro que no todo es la relación comercial, a veces (muchas) la felicidad de las cosas pequeñas es lo que más nos hace felices y enriquece!
Lástima que eso no nos da de comer!
Suerte con vuestro proyecto
Un besazo
Bienvenida, Rebeca
No nos da de comer, pero no solo de pan vive el hombre.
Como dicen en la publicidad, la alegría de que se asome por aquí Rebeca no tiene precio 🙂